El día de hoy les voy a presentar un cuento de un alumno de la Escuela de Bachilleres Veracruz.

Binu al marearse su mente.
 por Cesar Alberto Benavides Maruri

Binu al marearse su mente, tiraba al cesto sus letras insípidas de pensamientos. 

Él le da armonía a cada hoja que llega  su mano y pluma, hojas simples que terminan bañadas de escritos, manchadas con las escurridas gotas que de tinta que corren por su pluma blanca, escribe para esos enamorados que van por las noches a los balcones de sus amadas, despertarlas para recitarles tal poema dicho a gritos, alaridos con un toque de amor y desde luego despertar a uno que otro vecino con sus alborotos.


Un día una pequeña ave llegó a su cuarto, su espacio de inspiración, un cuarto lleno de libros colocados sobre libreros viejos, polvorosos, algo podridos debido a la humedad que se filtra por las paredes, hojas tiradas , arrugadas, destruidas, manchadas y una que otra mojada. En el centro se encontraba un escritorio de una madera elegante, lleno de hojas y libros, tinteros, plumas y ése día una taza de café. En una esquina se encontraba una cama no muy grande pues sabrán Binu no es muy alto, es un hombre de una estatura más baja de lo normal, delgado, de una cara un poco chata, ojos no muy grandes y de ya un cabello ralo.

Se encontraba acostado sobre la cama mirando al techo, pensando sobre que debía escribir ésta vez, mientras tanto, el ave le echaba el ojo a todo el cuarto esperando a que Binu se percatara de su presencia, lo cual no sucedió, ya que el ave tuvo que soltar un  silbido y sacar de sus pensamientos a Binu.

Al escuchar, miró rápidamente al ave que se posaba sobre su ventana, ahí estaba el ave con la mirada serena, un ave pequeña con un plumaje café que invadía todo su cuerpo a excepción de las plumas de su cola, negras con franjas blancas, largas y  las puntas de éstas de color naranja. El pico del ave es largo y curveado de color rojizo y unos pequeños ojos color negro.

Se miraron por un momento hasta que Binu le preguntó  a qué se debía su visita y el ave le contestó rápidamente.

 ­– Vengo porque necesito tu ayuda, he escuchado que eres el mejor escritor de ésta zona, y quiero escribir algo a alguien ­–. Binu dudo un poco, aceptó,y  le formuló otra pregunta.

­– ¿Y para quién sería? –dijo dudosamente–. 

Binu necesitaba saber esto para utilizar el lenguaje correcto y el ave le contestó.

–Hombre, a quien le escribirás no lo ves, pero lo sientes –dijo muy seriamente el ave–.

Binu se quedó atónito y sin habla.

–Eso va a el anonimato, pero podrás intuirlo…, regresaré cuando esté listo, y no te preocupes yo sabré cuando –dijo el ave­–.

Binu sólo se quedó mirando al ave, congelado por sus palabras y abriendo sus alas, el ave se arrojó por la ventana y se fue. Binu se quedo mirando y pensando, pareciera que viajó a otra dimensión.


Al día siguiente, empezó con la tarea impuesta por el ave, se sentó en la silla de su escritorio, se acomodó y empezó a pensar para quién sería pero no lograba nada, se quedó pensando todo el día hasta que se quedo dormido y no logró ningún avance. Al siguiente día le ocurrió lo mismo.


Hasta el quinto día desde la visita del ave,  supo a quien le va a escribir, pues esa noche tuvo el sueño que se lo mostró, y sin más dudas se puso a escribir y al cabo de unos minutos terminó. Se quedo mirando la ventana esperando a que el ave llegara, el cual no tardó mucho.

Llegó silbando y se quedó mirando a Binu que rápidamente le entregó el escrito, enrollado y amarrado con un listón rojo, el ave lo tomó y dejó salir un canto de agradecimiento, Binu sólo le sonrió. Y sin palabras, se despidieron.


El ave saltó por la ventana y en pleno vuelo, comenzó a desatar el papel, y en cuanto lo logró por completo le dio un pinchazo y empezaron a salir las letras.

Binu sentado desde la silla de su escritorio miraba al ave mostrarle el escrito al viento, veía a la hoja desletrarse, a las letras, volar y sembrarse. No mostraba algún asombro de lo que percibía, un poco de emoción de verlo así de real y ya no verlo como en sueño.

Decía él.

–Puedo intuir lo que no está por suceder­–.

Cerró los ojos y se dejó volar. 

Bueno pues, espero que les guste este cuento ^^* está interesante y boniito <3

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